UNA VISION HETERODOXA DE LA ORGANIZACION DE LOS ESTADOS AMERICANOS

“La democracia en América Latina es una abstracción”
Henry Kissinger[1]



1. INTRODUCCION

Los compiladores del presente libro han solicitado a los autores que realicen un ejercicio de futurología. Que expliquen como se encontrará el Perú, -- en el aspecto internacional --, en el año 2021, fecha en que se cumple el bicentenario de la independencia de nuestro país, es decir a los 200 años de la independencia del Perú.

De acuerdo a lo expuesto, el presente artículo intentará abordar -- desde una perspectiva académica -- como se encuentra en la actualidad la Organización de Estados Americanos (OEA) y como estará dentro de dieciseís años cuando se cumpla el bicentenario de la independencia del Perú.


2. ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA OEA DE HOY.

Hace poco más de tres meses que fue elegido José Miguel Insulza como nuevo Secretario General de la OEA. Insulza, antiguo Ministro del Interior de Chile y Canciller entre 1994 y 1999, compitió para la Secretaría General con el mexicano Miguel Derbez sobre el que finalmente se impuso al tener el apoyo de la mayoría de países del hemisferio.[2]

Aunque es muy pronto para hacer una evaluación de su gestión, -- en nuestra opinión --, la elección de José Miguel Insulza, podría significar una nueva mirada a los grandes temas de la Organización. El Secretario General Insulza ha descrito muy acertadamente los retos – políticos y financieros -- que enfrenta la Organización en un esclarecedor ensayo escrito, -- previo a su elección --, y que apareció en la prestigiosa revista Foreign Affairs en español. Recomendamos leerlo.[3]

Diversos autores han señalado que desde su fundación en 1948, la OEA se ha ocupado de diversos temas. En la actualidad los más importantes son el fortalecimiento de la democracia en la región y el asentamiento del sistema de derechos humanos. Pero hay otros temas. Están el tema de la seguridad hemisférica, el de la protección del medio ambiente, el tema de la educación, el de la cultura, entre otros. En realidad la OEA se ocupa de todos o casi todos los temas de interés en la región, lo que la ha vuelto, para algunos observadores, en una Organización sin un norte preciso.[4]

Nosotros en el presente acápite haremos una reflexión general sobre tres temas que nos parecen relevantes para la OEA de hoy; y, vamos a tocar estos puntos con el espíritu crítico que nos permite la evaluación académica de los temas de la Organización.


2.1. LA OEA: EXPORTANDO DEMOCRACIA Y DERECHOS HUMANOS.


La revista Foreign Policy hace algunos meses hizo un informe sobre lo que denominó las “ideas más peligrosas del mundo”.[5] Entre estas ideas se encontraba el tema de la difusión de la democracia y los derechos humanos. La pregunta que se hacía el prestigioso autor del mencionado ensayo[6] era si los conceptos de democracia y derechos humanos eran aplicables por igual a todas las sociedades.

En ese sentido, ¿la democracia puede ser válidamente aplicada, de manera como la entendemos, a las sociedades árabes-musulmanas?. ¿Puede aplicarse la concepción de los derechos humanos, como la conocemos, a realidades tan diferentes como las de la República Popular China?. Nos parece difícil conciliar estas teorías en esas sociedades. Incluso, nos podríamos atrever a preguntar si la democracia es viable para sociedades como las latinoamericanas, que tienen una gran tradición de autoritarismo. ¿No será mejor gobernar estas sociedades en base al autoritarismo, que todavía veladamente se esconde como una teoría defendible en ciertos grupos de las élites de Latinoamerica?.

Nosotros creemos que no. Y el hemisferio, también ha apostado por el no. Bajo el criterio que es mejor tener la peor de las democracias que la mejor de las dictaduras, la región se ha alineado con los postulados de la democracia y de la protección de los derechos humanos. Al menos para nuestra región, debemos reconocer, que adoptar estas ideas ha sido lo más apropiado.[7]

En efecto, desde 1980 en la región -- y gracias a las iniciativas de la OEA -- se ha iniciado un serio proceso de democratización de todos los países del hemisferio. Y en la actualidad con la excepción de Cuba y Venezuela, en todos los países de América Latina se imponen los gobiernos democráticamente elegidos. Ello es un logro fundamental y sobre el que no puede discutirse.

Incluso se ha ido más allá de lo que se esperaba. Con la Resolución 1080 de la OEA[8] se ha logrado que en caso de interrupción de la vida democrática de un país del hemisferio, el Consejo Permanente convoque a reunión a los Ministros de Relaciones Exteriores de las Américas. Ello pasó, en su momento, en los casos de Haití, Perú y Venezuela. La Resolución 1080 además es el antecedente de la “Carta Democrática”, fuertemente impulsada por Canadá y que señala seguros democráticos más fuertes en la región.[9]

En cuanto al tema de los derechos humanos, también desde la década de los 80´s la mayor parte de las Constituciones de la región han incorporado los derechos humanos fundamentales. Ello, sin duda alguna ha sido un gran avance en lograr mayores niveles de igualdad ante la ley en la región. Además, el lograr todo un mecanismo de protección de los derechos humanos con la Comisión Interamericana y la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha permitido algunas veces detener y reparar violaciones de derechos humanos en la región, como las que ocurrieron en Chile durante la época de Pinochet y en Argentina durante la época de las dictaduras militares y la “guerra sucia”.[10]

Por supuesto siempre detrás de estos temas ha estado la influencia “más o menos directa” del país más poderoso del mundo, los Estados Unidos, que luego del fin de la “guerra fría” flexibilizó su posición en Latinoamerica promoviendo la existencia de gobiernos democráticos en la región. Esto evidentemente no es ningún secreto, pues autores como Olga Pellicer lo han señalado con mayor precisión que nosotros.[11] Allí lo dejamos.


2.2. SITUACION FINANCIERA: ¿ES LA OEA UNA ONG?


Manuel Ruíz en la revista “Testimonio” del Instituto de Estudios Social Cristianos (IESC), ha señalado este problema que confronta la OEA de hoy en día.[12]. Sobre este tema también ha escrito recientemente el canadiense John W. Graham, quien es Director de la Canadian Foundation for the Americas (FOCAL) y fue el primer Director de la Unidad para la Promoción de la Democracia (UPD).[13]

En esencia, el problema es que los Estados miembros no contribuyen financieramente, -- de la manera adecuada --, con la Organización. Y ello genera un problema económico constante que pone en peligro la viabilidad a la OEA.

Sin embargo, aún cuando los Estados hacen contribuciones (las llamadas “Contribuciones Oficiales”), existen también las “Contribuciones voluntarias” que los países hacen para proyectos específicos. Estas cuotas dan un gran poder a los Estados que contribuyen voluntariamente, lo cual hace que la OEA en algunos temas, parezca más una Organización No Gubernamental que una Organización Internacional de Estados.

Ruiz lo señala adecuadamente cuando menciona que: “la OEA sigue funcionando en gran parte debido al otro tipo de aportaciones: las voluntarias por parte de donantes. Estas aportaciones se entregan en forma condicionada, copia del modelo de la relación que se dan entre las Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) y sus fuentes, es decir, que deberá existir una contraparte que brinde la infraestructura (en este caso es la OEA) y que el monto total de las aportaciones se utilice en los proyectos acordados previamente. Esta situación puede llevar a la Organización, a la larga, a convertirse en una institución captadora de fondos para cumplir con sus fines lo que va en detrimento, paradójicamente, del sentido mismo de la Organización. Esto conllevaría a que la toma de decisiones (léase mandatos) no la haría su principal órgano político, el Consejo Permanente, sino que la OEA dependería de los lineamientos de sus donantes”.[14]

Considerando que el presupuesto regular de la OEA es de 73 millones de dólares, este tema es de gran importancia para el futuro de la Organización y la gran propuesta está centrada en el tema de la reforma de las cuotas. Ni los Estados Unidos, que paga el 60% del fondo regular, ni el Brasil, que paga el 8% se oponen a esta reforma. Igualmente tampoco se opone el Canadá, que contribuye con el 12%. Esperemos que haya un consenso mayor entre los países de hemisferio.[15]


2.3. REGRESO AL PASADO: ¿ES POSIBLE LA REFORMA DE LA OEA?

Carlos García Bedoya en un esclarecedor artículo, durante la década de los 70´s señalaba que eran varios los puntos en los cuales se podía realizar una efectiva reforma de la OEA.[16] García Bedoya sostenía que la reforma de la OEA se podía realizar siguiendo los siguientes temas:

a) Reformas a la Carta (Naturaleza, Propósito y Principios);
b) Reformas al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR);
c) Convención sobre Seguridad Económica Colectiva;
d) Convención Interamericana sobre Cooperación para el Desarrollo;
e) Solución Pacífica de las Controversias;
f) Reformas Estructurales (Asamblea General, Reunión de Consulta de Ministros de Relaciones Exteriores, Consejo Permanente, Secretaria General, Consejos Técnicos, Organismos Especializados; y, otras entidades del Sistema).

Estas propuestas de reforma fueron las propuestas del CEESI (Comisión Especial de Estudio del Sistema Interamericano y para proponer medidas de reestructuración), Comisión que, en la opinión de Mauricio Alice, planteó propuestas que nunca llegaron a tener efectividad.[17] Los planteamientos del CEESI fueron bastante innovadores y buscaron la llamada “latinoamericanización de la OEA”. El CEESI planteó reformas radicales en el contexto de la “guerra fría”, durante los años 70´s (recuérdese el planteamiento de cambiar el concepto de “democracia representativa” por el de “democracia de participación plena” ó la reforma del TIAR que no ha obtenido hasta la fecha el número de ratificaciones necesarias para entrar en vigencia). Debemos reconocer que estos planteamientos han sido superados en la actualidad y son sólo parte de la historia de la OEA. Sin embargo, las reformas propuestas por esta Comisión tuvieron un contenido más político, aunque hoy en día son impracticables.

Más recientemente, una nueva reforma de la OEA planteó propuestas desde la llamada “Comisión Mercader”[18] Este grupo de trabajo también llamado “Grupo Especial de Trabajo Conjunto del Consejo Permanente y del Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral sobre el Fortalecimiento y Modernización de la OEA” ha planteado alternativas para el mejor desenvolvimiento de la OEA, aunque en nuestra opinión, enfatizando los aspectos administrativos.[19]

Así la reforma propuesta por la Comisión Mercader se ha ocupado fundamentalmente de la: “racionalización de labores de la Secretaría General; así como la definición de estrategias, procedimientos y acciones concretas – incluídas la cuestión de recursos y la coordinación con otros organismos interamericanos – con miras a promover una renovación integral del Sistema Interamericano”.[20]


3. REFLEXIONES CONCLUSIVAS: LA OEA DEL FUTURO[21]


Luego de estas reflexiones de la OEA de hoy, nos queda responder a la pregunta del inicio del artículo: ¿Cómo será la OEA en el bicentenario de la independencia del Perú?.
Bueno, lo más probable es que Cuba ya se habrá unido al “Club de las Democracias”, porque presuponemos que, para ese entonces, ese país del caribe ya tendrá un gobierno democráticamente elegido.

¿Tendremos un Consejo de Seguridad en la OEA?, como proponen algunos países como el Brasil. Aún es muy pronto para contestarlo. Lo que si se puede señalar es que en una organización donde hay una gran asimetría de poder entre sus miembros, la OEA cumple un rol fundamental.

Nosotros queremos concluir quedándonos con una visión optimista del tema y recoger las palabras de Graham que hacemos nuestras: “La promoción de la democracia que realiza la Organización reviste formas menos drásticas, pero igualmente esenciales. De 1990 en adelante, 19 de los 34 estados miembro han recibido observadores para supervisar elecciones; en cada una de las 80 observaciones de la OEA, algunas han sido muy pequeñas y no todas esenciales. Pero el impacto de contención, señalamiento de irregularidades y mediación de muchas de estas misiones ha facilitado transformaciones hacia sistemas electorales más verificables y ayudado a establecer la legitimidad tanto en el interno como en lo externo”

(Igualmente) “dada la preponderancia de gobiernos racionales y dirigentes razonables, resulta difícil imaginar cómo el hemisferio puede poner en peligro un activo tan valioso. Pese a sus muchas fallas, la OEA es una red política que une a las naciones de la región, función que ha desempeñado mediante varias encarnaciones desde su fundación en 1889 como la Unión Panamericana. Con frecuencia (no siempre) brinda a los estados miembro una pequeña fortificación sin la cual serían más vulnerables a la terrible asimetría del poder del hemisferio (…). El futuro de la Organización esta en riesgo. La OEA ha realizado y debe continuar realizando una tarea vital para sus miembros y para la región como un todo. En el largo plazo su supervivencia debe ser una prioridad”.[22]



[1] Tomado de Alice, Mauricio. La Evaluación de la eficacia de la OEA en Crisis Democráticas en el Continente. Las Posiciones Argentinas. Buenos Aires: Nuevo Hacer. Grupo Editor Latinoamericano, 2002, p. 25. Mauricio Alice ha sido Representante Alterno de la República Argentina ante la OEA.
[2] La elección para el cargo de Secretario General fue muy reñida. La elección se llevó a cabo luego que el ex Presidente de Costa Rica Miguel Angel Rodriguez renunciará al cargo después de un breve período en funciones. También participó en la elección de este año el ex Presidente de El Salvador, Flores, quién luego renunció a la candidatura por la falta de apoyo de los países del hemisferio.
[3] Insulza, Miguel. “La Cooperación Hemisférica en la Segunda Administración Hemisférica” en Foreign Affais en español, Enero-Marzo 2005. (Véase la versión electrónica en www.foreignaffairs-esp.org).
[4] Como lo ha señalado Luís Jimenez en diversas oportunidades. Luís Jimenez, quien reside en Washington, en un experto en estos temas y ha sido antiguo Asesor Jurídico de la Secretaría General de la OEA. Pueden verse los artículos que sobre el tema ha escrito en la revista “Caretas” de Lima durante el presente año 2005.
[5] La revista Foreign Policy es publicada por el Carnegie Endowment for International Peace (www.foreignpolicy.com). En el informe se solicitó a ocho pensadores contemporáneos señalar cuales eran las ideas que podrían ser las más destructivas en los próximos años. Entre las ideas mas peligrosas del mundo señalaron estos expertos que se encuentran: 1) la guerra contra el mal, 2) la limitación de la libre voluntad, 3) los negocios como siempre en la NNUU (business as usual at the U.N., 4) la difusión de la democracia, 5) el transhumanismo, 6) la intolerancia religiosa, 7) el dinero sin restricciones (free money) y el rechazo a los EEUU (hating America). Lo que buscaban los editores de la revista Foreign Affairs era provocar una reacción en el sector académico sobre los temas que aparentemente son aceptados por todos, pero que en el fondo pueden ser ideas que se han impuesto desde las perspectiva de los países más poderosos económica y militarmente.
[6] El autor del mencionado ensayo es E.J.Hobsbawm, Profesor emérito de Economía e Historia Social en Birkbeck de la Universidad de Londres. Vid. Foreign Policy, Carnegie Endowment for International Peace, Setiembre-octubre 2004, pp. 40-41.
[7] Algunos autores han señalado que adoptar la democracia y los derechos humanos en la región ha significado aceptar la imposición ideológica y cultural de una visión wilsoniana de la política exterior de los Estados Unidos. La visión wilsoniana viene de los postulados del Presidente Woodrow Wilson, quien fue un ardiente defensor de la idea que los Estados Unidos, en tanto que el país más poderoso del mundo, debía tener una agenda de valores que difundir a los demás países del mundo. Sin embargo, Hobsbawm cree que no será tan fácil difundir la democracia en el mundo: “We are at present engaged in what purports to be a planned reordering of the world by the powerful states. The wars in Iraq and Afghanistan are but one part of a supposedly universal effort to create world order by “spreading democracy”. This idea is not merely quixotic –it is dangerous. The retoric surrounding this crusade implies that the system is applicable in a standarized (Western) form, that can succeed everywhere, that it can remedy today´s transnational dilemmas, that it can bring peace, rather than sow disorder. It cannot”. Vid. Foreign Policy, op. cit., p. 40.
[8] La Resolución 1080, AG/RES. 1080 (XXI-0/91), señala que en caso haya una interrupción de la vida democrática en un país de la región, el Consejo Permanente de la OEA deberá convocar inmediatamente a una reunión de los Ministros de Relaciones Exteriores.
[9] “Abril de 2002 se convirtió en un momento determinante para probar la vigencia y eficacia de la Carta Democrática Interamericana (CDI), un nuevo instrumento – de naturaleza más bien política – que fue aprobado por los Ministros de Relaciones Exteriores del hemisferio el fatídico 11 de setiembre de 2001 en Lima (Perú), cuando el terrorismo golpeó con extrema violencia el suelo estadounidense, acabando con la vida de miles de personas de diversas nacionalidades, mayoritariamente estadounidenses. Este instrumento fue la Carta Democrática Interamericana (CDI), que podría decirse sustituyó en los hechos a la resolución 1080. La CDI tuvo su prueba de fuego con la crisis ocurrida entre el 11 y el 14 de abril de 2002 en Venezuela, al producirse un golpe cívico-militar que derrocó de manera temporaria a su presidente constitucionalmente elegido”. Véase: Alice, Mauricio, op. cit., p. 21. Para ver la historia de este tema veáse: Interamerican Dialogue. “Advancing Democracy and Human Rights in the Americas: What Role for OAS”. A Conference Report, May 1994, Washington DC.
[10] Aún cuando la protección de los derechos humanos han permitido lograr una mayor igualdad jurídica entre las personas de Latinoamerica, lo cierto es que en términos económicos nuestra región tiene el dudoso privilegio de ser la región con la mayor desigualdad del mundo. Esto incluso ha sido reconocido por el antiguo Presidente la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y actual Decano de la Facultad de Derecho de la American University, Claudio Grossman, en un esclarecedor ensayo que sugerimos leer: Véase: Grossman, Claudio. “El fortalecimiento de la Democracia: El Sistema Interamericano de Derechos Humanos”, en Foreign Affairs en español, Otoño-Invierno 2001. Entre otros temas, sostiene Grossman, -- opinión con la que concordamos--, que: “No han alcanzado aún igualdad plena, y en algunos casos ni siquiera igualdad ante la ley, grupos vulnerables como las mujeres, los niños y las poblaciones indígenas. Estas violaciones se ven agravadas por la persistente pobreza en la región más inequitativa del mundo, lo que crea grandes presiones sociales para resolver problemas de “pan, techo y abrigo”, que afronta con riguroso apremio la población”.
[11] Veáse: Pellicer, Olga (Editora) Regional Mechanisms and International Security in Latin America. Tokyo, New York, Paris. United Nations University Press, 1998, p. 9. Dice Pellicer: “Historically, a large proportion of the international security problems in Latin America has been the result of the more or less direct intervention of the United States. This has occurred in Guatemala, Cuba, the Dominican Republic, Grenada, Panama, and Central America as a region. The most pressing question at the moment has to do with the extent to which the ending of the Cold War, and the disappearance of the ideological enemy – the expansion of international communism – in whose name most of these interventions were carried out, will now modify this danger, and so lead to a new era of cooperative security, between the nations of the whole hemisphere”.
[12] Veáse Ruíz; Manuel. “Situación Financiera: ¿Es la OEA una ONG’”, en Revista “Testimonio”, Instituto de Estudios Social Cristianos, Lima 2005 (en prensa).
[13] Graham, John W. “La OEA se hunde: ¿merece ser salvada?”, en: Foreign Affairs en español.
[14] Ruiz, Manuel, op. cit.
[15] Graham, John W., op. cit.
[16] García Bedoya, Carlos. “Comentarios sobre el Sistema Interamericano y las Reformas planteadas por la Comisión Especial de Estudio”. En: Comité Jurídico Interamericano. Cursos de Derecho Internacional. Serie Temática, Volumen 2 (Parte 1): El Sistema Interamericano (1974-2001). Secretaría General, Subsecretaría de Asuntos Juridicos, Washington DC, 2003, pp. 639-657. García Bedoya fue Embajador y Canciller del Perú. El texto a que hacemos referencia es la transcripción de una clase dictada en 1976.
[17] Alice, Mauricio, op. cit., p. 29. Alice ha señalado que: “El aislamiento de Estados Unidos respecto de América Latina y de la OEA, en los años setenta, fue testigo de inocultables sentimientos anti-norteamericanos. En efecto, esta corriente pugnó por llenar el vacío dejado por Estados Unidos en la OEA al desentenderse de los asuntos hemisféricos. Es la América Latina de Perón, de Allende, de Torrijos, de Torres, de Velasco Alvarado, de Echevarría. Todos quieren modificar la OEA para hacerla “latinoamericana”. Se inicia un proceso de discusiones para considerar reformas que nunca llegaron a plasmarse. Se estableció, incluso, una “Comisión Especial de Estudio del Sistema Interamericano” (CEESI, 1973-1975) que no tuvo destino”.
[18] Organización de los Estados Américanos. La Reforma de la OEA. Grupo Especial de Trabajo Conjunto del Consejo Permanente y del Consejo Interamericano para el Desarrollo Integral sobre el Fortalecimiento y Modernización de la OEA. Secretaría General, Organización de los Estados Americanos, Washington DC 20006. OEA/Ser.T/VII, GETC/FORMOEA/INF.1/99, Junio de 1999.
[19] La Comisión Mercader, lleva este nombre porque el, por ese entonces, Embajador de Uruguay, Antonio Mercader, se desempeñó como Presidente del Grupo desde agosto de 1998 hasta junio de 1999.
[20] Organización de los Estados Americanos. La Reforma de la OEA, op. cit., p. 5
[21] César Gaviria Trujillo, antiguo Secretario General de la OEA ha señalado la nueva visión de la OEA indicando que: “Dejamos atrás cierto pesimismo atávico en las posibilidades de nuestra relación común y cierto lenguaje confrontacional y divisivo, para avanzar hacia el fortalecimiento de nuestra acción a favor de la consolidación de la democracia; la defensa del desarrollo sostenible; y la búsqueda de la paz, la confianza mutua, la protección de los derechos humanos y de un verdadero compromiso con la construcción de un hemisferio en el cual la libre circulación del conocimiento, la información, bienes, personas y la lucha contra la pobreza, garanticen la prosperidad y justicia para nuestros pueblos”. En: Gaviria Trujillo, César. La OEA 1994 –2004. Una década de transformación. OEA Documentos Oficiales, 2004.
[22] Graham, John W. “La OEA se hunde: ¿merece ser salvada?.

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