Palabras
PALABRAS DEL DOCTOR
GERMAN VERA ESQUIVEL EN LA PRESENTACION DEL LIBRO “EL CAMBIO CLIMATICO EN EL
DERECHO INTERNACIONAL. UNA VISION PARA LOS CIUDADANOS Y LAS EMPRESAS EN EL PERU
Y LATINOAMERICA”
(JUEVES 10 DE OCTUBRE
DE 2013, CENTRO CULTURAL DE LA CANCILLERIA DEL PERU)
Señor Fernando Carvallo, Director del Centro Cultural
Garcilaso del Ministerio de Relaciones Exteriores;
Señor Armando Borda, Presidente del Instituto de Estudios
Social Cristianos;
Señor Francisco Belaunde, Director de la Revista Testimonio;
Señoras y señores;
Deseo agradecer a todos ustedes su presencia hoy día.
Para mí es un honor presentar mi libro en el Centro Cultural
de la Cancillería. Deseo aprovechar la ocasión para felicitar al Centro y a su
Director Fernando Carvallo por su gentileza y apoyo.
No se preocupen. No les voy a resumir mi libro, porque
prefiero que lo lean.
Sin embargo, como ya han señalado los distinguidos
comentaristas, habría que indicar que la amenaza del cambio climático es uno de
los temas más importantes de la agenda internacional, puesto que sus efectos
son cada vez más visibles: lo notamos cada día, cuando apreciamos el
derretimiento de nuestros glaciares andinos; lo vemos en la modificación de los
ciclos hidrológicos en Sudamérica, y en las inundaciones, tsunamis y huracanes
en los Estados Unidos, en el Asia, y Centroamérica.
Y la verdad sea dicha, los remedios legales, a nivel
internacional, para enfrentar esta amenaza a la humanidad aún son insuficientes.
Allí podemos encontrar la razón de mi libro, que trata de
estudiar, desde el Derecho Internacional, los instrumentos jurídicos globales
que buscan eliminar los efectos dañinos del cambio climático en el planeta.
Este libro es una actualización de uno anterior que escribí
en el año 2008 y que fue presentado en el auditorio de la Comunidad Andina.
Sin embargo, hay que mencionar que en estos cinco años muchas
cosas han cambiado en el mundo. Fue en el 2008 cuando se inició la crisis
financiera internacional y fue en el año 2009 cuando se llevó a cabo la Cumbre
de Copenhague donde, como dice el Profesor de la American University David Hunter, el mundo varió su enfoque sobre
el cambio climático y los países desarrollados dejaron “oficiosamente” de cumplir sus compromisos adoptados en Kioto y así
dejaron en libertad a todos los países del mundo para que solucionen
individualmente sus problemas derivados del cambio climático.
Como podrán apreciar cuando lean mi obra, ella está dedicada
a la Academia Diplomática del Perú “Javier
Pérez de Cuéllar”. Por ello aprovecho la ocasión, para agradecer la
presencia de la Embajadora Liliana de Olarte, Directora de la Academia, que
está con nosotros esta tarde.
Como ya han señalado los distinguidos comentaristas, el
próximo año, en diciembre, se llevará a cabo la Cumbre mundial de cambio
climático en Lima. Esta será una ocasión muy buena para nuestro país, que tiene
todo nuestro apoyo.
Se espera que vengan a Lima entre 10,000 a 15,000 personas.
Recibirlos será todo un reto que estoy seguro sabremos afrontar con éxito.
Por ello, me permitiría sugerir amablemente que el año 2014 pudiera
ser llamado: “Año de la Cumbre Mundial
del Cambio Climático en el Perú”. Sería muy conveniente.
Me es grato señalar también que en mi libro se recoge la
participación y el valioso aporte de la Cancillería peruana, -- nuestra casa
--, en el tema del cambio climático.
Así, en mi obra se incluyen párrafos de los principales
discursos que sobre este tema realizaron los Cancilleres peruanos desde el año
2001. Aunque, debemos recordar que la preocupación de la Cancillería sobre
estos temas data desde el año 1972, época en que se inicia, a nivel mundial, la
preocupación sobre los temas ambientales.
Profesores de Derecho Internacional como Tuomas Kuokkanen de
Finlandia han indicado que sin duda alguna, como la amenaza del cambio
climático no reconoce fronteras nacionales, la cooperación internacional en la
solución de este problema es esencial. Allí está la importancia de la Cumbre
Climática del próximo año que se llevará a cabo en nuestro país.
Antes de terminar esta breve pero sentida alocución, quisiera
aprovechar la ocasión para agradecer el apoyo de Armando Borda, Presidente del
Instituto de Estudios Social Cristianos que cumple sus 40 años de fundación.
Igualmente, al Ministerio de Relaciones Exteriores del Perú y
a la Pontificia Universidad Católica, mi “alma
mater”, ahora que cumplo 25 años de graduado de sus aulas. Igualmente, a
los distinguidos comentaristas Jorge Caillaux, Lorenzo de la Puente y
especialmente a Francisco Belaunde, estimado amigo. Tampoco quiero olvidar a
Anel Townsend y a Guillermo Gonzales Arica, distinguidos amigos.
Finalmente, también debo expresar mi reconocimiento muy especial
al Interbank.
Y del mismo modo a Lan Perú y al Scotiabank que han confiado
en este diplomático con vocaciones académicas.
Les agradezco mucho por su atención.
Muchas gracias.
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