TODOS LOS HERMANOS ERAN VALIENTES
Por Javier Rupérez, Embajador de España (ABC, 30/08/09): Fue en Los Ángeles, en el verano del año 2000, con motivo de la convención demócrata que habría de elegir a Al Gore como candidato a la presidencia de los Estados Unidos para las elecciones de noviembre. En la larga lista de los notables que estaban tomando la palabra para endosar la candidatura del todavía vicepresidente de Bill Clinton era Ted Kennedy al que correspondía la última de las presentaciones. Y el avejentado senador, pasado abundantemente de peso, castigado por la artrosis, lento de movimientos, pareció transformarse ante los micrófonos y atronó el gigantesco local con su bien modulada voz de barítono celta para anunciar que en aquella ocasión, rompiendo una práctica en su comportamiento político, apoyaría públicamente a un candidato demócrata a la presidencia del país. «Manifestando mi solidaridad con la candidatura de Al Gore», dijo, «es sólo la tercera vez que ofrezco mi endoso. Las otras dos veces que lo hice», c...